viernes, octubre 13, 2006

Dialéctica del Iluminismo y las ciencias psicológicas

Horkherimer distingue dos conceptos de la razón: La razón objetiva y la razón subjetiva. La primera es aquella razón sustantiva, comprensiva, que es capaz de pensar los fines últimos, pensar el para qué de las cosas. La segunda que es la razón instrumental, que sabe calcular los medios para lograr un fin que viene dado, esta razón utiliza los medios como la metodología, lo científico.

Horkherimer y Adorno escribieron el texto que sirve de base para la Dialéctica del Iluminismo. El iluminismo en su mensaje central liberaba a los hombres del temor, de hacerlos autónomos, deshacerlos del mito, de las visiones mágicas, de las tutelas religiosas. El iluminismo es “la idea de quitarse el miedo a través de la dominación de aquello que atemoriza”.

Formar la autonomía según la razón, liberar a los hombres de la visión supersticiosa, no es sino la historia de occidente, historia universal. El hombre desde que aparece con una visión objetivante, una visión que separa el objeto del sujeto, desde ese momento empieza su carrera el iluminismo. Este iluminismo, este proceso, obedece especialmente a una lógica de dominio. La imagen que proponen estos autores, es que después del iluminismo la tierra es cierto que resplandece, se ilumina, pero se ilumina con un fuego que es bárbaro, se ilumina con las bombas, se ilumina con la quemazón, y esas son las cosas con las que esta resplandeciendo nuestra tierra.

El iluminismo para estos personajes aparecerá como una enfermedad para la sociedad, como una sociopatología. Estamos en una época de guerra.

A raíz de esta sintomatología se remontan y terminan por interpretar que el iluminismo en el fondo tiene una lógica de dominio. Estamos en una posición de sujeto, la conciencia, el objeto es el mundo, lo otro. El mundo es lo extraño, lo que no es intimo, el hombre, el sujeto, inicialmente se ve amenazado por lo desconocido, por que se le escapa, le es extraño por que no lo logra dominar, no lo puede predecir ni controlar, hay un temor, un miedo fundamental del hombre frente a la fuerza de la naturaleza, para conjugar ese miedo, para controlarlo, el sujeto reacciona autoafirmándose, reacciona tomando una posición de dominio sobre el objeto, sobre el mundo, para controlar el temor.

Tomando en consideración todo lo anterior, las ciencias psicológicas en cierto modo han aportado con su análisis social sobre las pulsiones, las necesidades. La cultura lo que hace es frenar la libido, la energía erótica, de vida amorosa, fundamentalmente creativa, es la que puede hacer pensar, tomar otro punto de vista y eventualmente criticar.

Visto desde la teoría de Freud, hay una pulsión de muerte, de desintegración, de dominio y desesperanza, porque la razón que ha predominado ha sido la razón instrumental, donde el hombre y la sociedad lucha por lograr un fin, pero sin cuestionarlo. Lucha, trabaja y lucha, buscando un dominio sobre las cosas, sin razonar en términos sustantivos. ¿Es entonces desde la psicología y a través de ella que podríamos llegar a pensar, razonar en forma sustantiva?

Cuando el hombre y la sociedad se ven en conflicto, cuando ven que los medios ya no satisfacen es que la psicología toma el mando, y puede aportar con sus conocimientos y explicaciones sobre lo que sucede y sobre los fines de los fines que cada uno analiza, pero desde la razón instrumental.

Tenemos el ejemplo del burgués. La categoría de burgués aquí esta ampliada, Burgués es una designación para una tipología humana general. Burgués es este hombre que cegado por el afán de conquista de dominio y conquista del objeto, es un hombre que se autocontrola, que tiene que autocontrolarse a si mismo para poder controlar, para no desviarse de ese propósito que ya viene dado tiene que mantener a raya su apetito, su pasión, tiene que tener sus energía focalizadas en este propósito, no debe descuidarse, disiparse en el goce y el placer, esto trae la debilidad, el debilitamiento de la energía, lo que debe hacer es controlar y reprimir esto focalizando hacia la labor, el trabajo, hacia esta empresa de control y dominio, por lo tanto burgués aquí quiere decir que este hombre tiene la ética del sacrificio, no a la disipación del goce, no a la tentación de placer, control. Si abro la puerta al placer y al goce será siempre y cuando no interfiera con mis propósitos, con mi plan, esta calculado. Esto es lo que Weber nos había señalado antes, la ética protestante, ascética, de lo mundano.

La relación que se establece con el mundo, genera una ruptura, entre sujeto y objeto, una separación, el objeto del mundo es una ocasión para ejercer mi poder, pero yo no tengo alianzas, no tengo hermandad con el objeto, lo rompí, de tal modo que lo que hago en la naturaleza a mi no me toca, no lo siento, estamos separados.

Esa dialéctica autodestructiva termina siendo alineación del hombre, perdemos la naturaleza, la alianza con ella y en esa perdida nos perdemos a nosotros mismos. La ciencia, por ejemplo, es un artefacto, de una maquinaria de conocimiento, de control y predicción de la naturaleza de las más efectivas, razón instrumental.

El iluminismo es de la lógica misma del desarrollo de occidente, como bloque, como conjunto, es la lógica de nuestra autodestrucción, se nos esta hiendo la vida con esta lógica como humanidad.

¿Es que debemos sacrificar todo apetito, instinto, el fondo de la vida, hay que reprimirlo, controlarlo y esto se remonta a este miedo a lo desconocido, a lo otro? Resulta que el sacrifico que tenemos que hacer no es repartido en forma igualitaria, es desigual por que es el amo quien establece quien y que sacrificio se hace, es la figura que esta en una posición de dominio. Y establece el sacrificio que tiene que hacer el, pero hay uno que no elige el sacrificio. En esta lógica de dominio habría el triunfo de una razón instrumental, esta dialéctica autodestructiva del iluminismo no es sino el triunfo de una razón instrumental, apoyada en Weber.

Solamente nos planteamos como racionalidad instrumental, solo nos preocupamos de la eficacia de los procedimientos, no somos capaces de pensar racionalmente los fines y los para que. Esa racionalidad instrumental ve al mundo como una cosa para explotar, es una razón que se instrumentaliza para este miedo original, este temor y esta reacción de control y dominio. Cuando todo es racionalidad instrumental, entonces la decisión acerca de los fines de nuestra acción, de cuestiones éticas y políticas, quedan sujetos a cualquier ámbito menos al racional, por que son excluidas de la razón instrumental. Quedan como dominio de procedimiento irracionales o a-racionales. Por lo tanto la pura razón instrumental, es una razón impotente para pronunciarse acerca de estas directrices de ética y política. Es calculante de los medios, pero es ciega con respecto a los fines, los fines estarán determinados por el poder de turno, por que esta razón no es capaz de criticar o evaluar sus fines.

El hecho que muestra esto de manera dramática para estos pensadores es la lógica científico-técnica como razón instrumental llevada a su máxima expresión al servicio de fines totalmente irracionales. Una ciencia y una técnica del exterminio, muy sofisticada, casi perfecta, al servicio de fines que no son racionales, al servicio de la barbarie.

Otra forma de pensar la ciencia, sería otra forma de pensar la relación sujeto objeto, la ciencia dejaría de ser esta ciencia que conocemos, tendría que ser otra cosa totalmente distinta.

Para estos autores la critica de la sociedad, de la civilización, de la cultura es parte de la critica epistemológica, un examen epistemológico de la ciencia, es un examen de una critica social, no pueden ir separados, pero una transformación a esa escala, estos autores no la ven con la esperanza que la veía Marx, hay pesimismo.

Entonces la dialéctica aquí es que es la misma razón, la que puede criticar la razón, es la misma razón la que puede intentar avanzar sobre si misma, en la medida que racionalmente nos damos cuenta de la alineación que produce la razón instrumental, la podemos iluminar y tenemos la posibilidad de transformar esa forma.
La psicología a través de sus primeros exponentes ha luchado por forjarse desde sus inicios, en una ciencia experimental aplicada, que podía comprobar los resultados de sus estudios, utilizando la razón instrumental. También ella ha buscado un lugar, un dominio dentro de las ciencias, olvidando cuales son sus fines últimos. Ella también se ha alienado, también ha perdido sentido respecto a sus fines últimos, ocupándose de los medios, métodos para lograr cosas que ya vienen dadas. ¿qué tan humana puede ser la psicología si para llegar a conocer ciertos aspectos del hombre tengo que experimentar con ellos? Y esto no es solo desde aquellos años de Wundt. Hoy en día encendemos el televisor y podemos encontrarnos con una serie de programas dedicados a la experimentación humana, mostrando hasta los más íntimos comportamientos que se publicitan en programas que se denominan “cultura entretenida”. A pesar de que son seres humanos experimentados que están dentro de esa caja tecnológica no nos cuestionamos sobre que pasa con ellos, sino que observamos alienadamente, impávidos sin criticar. En psicología también estamos viviendo una barbarie, una alienación, una dialéctica entre lo que realmente es psicología y medios para lograr fines con conceptos que dicen ser psicología. ¿Y qué es la psicología entonces? ¿Estudio del comportamiento del hombre o ayuda para entender los comportamientos del hombre?. Es cierto, es necesaria esa razón instrumental en psicología, pero esta razón no nos llevará a una razón sustantiva, a una forma de pensar en los fines últimos de psicología. Si seguimos viendo programas de la National Geographic que publican programas de experimentación sobre el comportamiento humano, seguiremos viendo razón instrumental, es ciencia pública, es ciencia que se publicita gracias a la tecnología, que nos mantiene en una barbarie, una guerra por ver y demostrar quien es el mejor o quien tiene el dominio en el tema, seguimos bajo el alero del amo.